sábado, 27 de agosto de 2016

DOS OBJETIVOS PREMIADOS CON OSCAR ¡¡¡GRATIS!!!

Con la desaparición del cine en 35 mm como medio de distribución universal, en favor de la videoproyección en digimerde, es una pena comprobar como muchos aparatos que prestaron décadas de servicio infatigable proyectando sueños a cientos de millones de personas acaban en una planta de reciclado.
Muchos de estos proyectores, en sus últimos años de funcionamiento, habían sido modernizados con sistemas de iluminación con linternas de xenón, lectores de sonido láser (en lugar de la simple lamparita excitadora presente desde los albores del cine sonoro) y ópticas de última generación, como las de la serie oro de la mítica marca alemana Schneider, que lleva fabricando objetivos de proyección desde 1910.

En la sala de proyección privada de IB Cinema, como hay poca distancia a la pantalla, mi proyector de cine de 35 mm requiere de unos objetivos de distancia focal corta; hasta ahora, disponía de unos objetivos Benoist Berthiot de calidad normal (aunque mi sueño, inalcanzables por su precio, eran unos granangulares Schneider de la serie oro).

Cuando mi amigo Jesús Ruibal fue requerido, por una empresa portuguesa, para desmontar sus proyectores de 35 mm, e instalar unos para digimerde, se encontró con la sorpresa de que una de las salas del complejo era tan pequeña que estaba dotada de objetivos granangulares, tanto para proyección normal, como para proyección anamórfica, en Scope, pero no con unas ópticas cualquiera, ¡sino con las Schneider serie oro, ganadoras de varios Oscar de la Academia!
Como iban a ir directos a la planta de reciclado, pidió a la propiedad permiso para llevarlos y ¡¡¡me los ha obsequiado!!!
Muchas gracias, amigo Jesús, por este, sin duda, el "regalazo" del año. ¡¡¡Nunca imaginé disponer de unos Schneider serie oro en granangular para el cine privado en 35 mm de IB Cinema!!!
¡Qué acabados, Dios santo!, con su barrilete metálico o su revestimiento multicapa!
En los cines en cuestión, Jesús ha sustituido los viejos proyectores Phillips de los años cincuenta por unas birrias electrónicas que en menos de un lustro (si es que aguantan), quedarán desfasadas y que vienen equipadas con ópticas en barrilete plástico con marca de consumidor Konica Minolta.
¡Qué pena! El séptimo arte se encuentra viviendo, a escala mundial, la demolición del "arte de la exhibición" en favor de algo que, como dice Tarantino, "es una mierda: es como ver la televisión en pantalla grande".
Las majors, en su codicia, acabarán destruyendo las salas de cine.

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo con vd. Sr. Ignacio,lo mismo que con Tarantino,estoy seguro que el 35mm volverá a ser muy valorado por su excelente textura y definicion suprema,al menos así me gusta soñarlo.Yo por mi parte llevo años llamando a las antiguas salas de cine "teleclubs" ó "videosalas" ya que todas las que han pasado a ser digitales no merecen usar el nombre de cine ya que son solo pura tv,imagen electronica en público por más que les pese y ofenda a los defensores del ·digimerde" que son normalmente hijos de "imagen y sonido" y no de los que hemos estudiado autentica cinematografia. Saludos

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    1. Coincidimos en todo: también en mi FB a veces denominé como "teleclubs" a las nuevas salas de proyección en digital :-)

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